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La fijación de objetivos empresariales. Todo un arte.

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Estrategía

En la actualidad, cada vez es más importante tener clara la dirección que ha de llevar la organización, y aún más importante es poner los medios adecuados para llegar a buen puerto, sin embargo, es muy habitual encontrar empresas con poca visión de negocio.

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Esta falta de visión de negocio no significa que no sean grandes profesionales en su campo; posiblemente, a nivel operativo, tengan una inmensa capacidad, pero se ve afectada a largo plazo por la falta de dirección clara y orientación estratégica.

Cualquier organización, sea del tamaño que sea, ha de contar con una visión clara de dónde y en qué condiciones quiere su negocio a 5 – 10 años vista y para ello es imprescindible que se cumplan dos requisitos:

  • Que esa visión del futuro del negocio esté plasmada y sea “oficial”.
  • Que esa visión de futuro sea conocida y compartida por todos los integrantes.
  • Que se tomen las medidas necesarias para acercarse a esa visión en el corto – medio plazo.

En este punto entramos en algo delicado y que, para hacerlo bien, suele costar mucho a las directivas. Hablamos de la fijación de objetivos, de bajar al nivel operativo esa visión de negocio que ilusiona y por la que se lucha.

Aquí es donde encontramos el primer reto ya que los objetivos finales que se planteen, han de cumplir ciertas características para que sean operativos:

  • Han de ser MEDIBLES: a estos objetivos se les han de poder asignar indicadores y un límite temporal para su consecución. De esta forma, en el transcurso de esa línea temporal, se podrán asignar “metas volantes” u objetivos intermedios que alentarán a su cumplimiento y servirán de puntos de evaluación.
  • Han de ser CLAROS: un objetivo, por ejemplo, de crecimiento del 10 % en ventas, se habría de aclarar en función de las condiciones de venta y los recursos empleados para ello. No ha de quedar margen de interpretación o confusión.
  • Han de ser ALCANZABLES: un objetivo demasiado alto, en lugar de convertirse en un reto para la mente de su responsable, puede pasar a ser una “causa perdida” para este. En este punto también es importante conocer a los responsables, sus límites, limitaciones y psicología, además de contar con su opinión.
  • Han de ser DESAFIANTES: en consecución con lo anterior, si este objetivo no motiva y se percibe como algo fácil de conseguir, es muy posible que no se cumpla por falta de esfuerzo dedicado. En este punto suele ser recomendable establecer “metas volantes” más asequibles al inicio del proyecto de forma que establezcan la dinámica de trabajo para los posteriores más ambiciosos.
  • Han de ser REALISTAS: para su fijación se han de tener en cuenta las variables del entorno y su posible evolución ya que un cambio en estas puede hacer que desaparezcan todas las características mencionadas anteriormente.
  • Han de ser COHERENTES: alineados con la estrategia general y la visión de futuro del negocio. Un objetivo puede no apoyar directamente a la consecución de esta visión, pero si que deberá apoyar un pilar estratégico u objetivo para su cumplimiento.

Para la definición de los objetivos la metodología a emplear comenzaría con la definición de los objetivos estratégicos a largo plazo, es decir, a donde queremos llegar en 3 – 5 años.

Una vez definidos los estratégicos, de estos se desglosan los objetivos tácticos, que se suelen establecer para cada área de la empresa con un límite temporal anual o, como máximo, de tres años.

De los objetivos tácticos se desglosan los objetivos operacionales o a corto plazo, con una temporalidad de no más de un año y habitualmente asignados a personas concretas de nivel operativo.

Sea cual sea el objetivo establecido en cada uno de los niveles, ha de llevar asociados unos KPI´s o indicadores de control, un parámetro cuantificable por el que controlar su cumplimiento.

Una vez establecido esto, habrá que desarrollar las acciones a llevar a cabo para su cumplimiento, estableciendo para cada una de ellas sus propios objetivos, que han de contribuir a la consecución del objetivo superior del que se desglosa.

Además de lo visto hasta el momento, el reto es satisfacer a todos los grupos de interés de la organización, es decir, tratar estos objetivos estratégicos desde la perspectiva de los accionistas, del personal, de los clientes, la sociedad…..

Planificación Estratégica con BSCTodo este proceso de fijación de objetivos se simplifica en gran medida acudiendo a algo que ya hemos mencionado en muchas ocasiones, un sistema BSC – CMI que, además de ayudar a la fijación de los objetivos, las áreas implicadas, temporalidad y demás variables, nos aporta un control en tiempo real del grado de evolución del cumplimiento de los mismos y por tanto, una ventaja competitiva incalculable minimizando el tiempo de reacción en la corrección del rumbo hacia el cumplimiento de nuestra visión empresarial.

ISOTools tiene como objetivo ayudar a las organizaciones a mejorar su competitividad y ser más eficientes y eficaces en la concesión de sus objetivos. Por este motivo, ponemos a disposición de las empresas las herramientas necesarias y el conocimiento específico para que lo consigan, convirtiéndonos en compañeros de viaje hacia el objetivo final de nuestros clientes.


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