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ToggleCuadro de Mando Integral
La mayor parte de las organizaciones que opten por asesorarse con expertos para la definición e implementación de su estrategia van a oír hablar de una herramienta que ya cuenta con más de 20 años de éxitos a sus espaldas. Sí, es el Cuadro de Mando Integral o Balanced Scorecard, nombre con el que lo dieron a conocer sus creadores, Norton y Kaplan, en el año 1992.
El éxito de esta herramienta se debe a la gran versatilidad que aporta a la gestión de la estrategia y a una de sus principales características: es un modelo universalmente aplicable por su adaptabilidad a las circunstancias y tipologías de organizaciones existentes.
Más allá de esta particularidad, que comparte con otras herramientas en el ámbito de la estrategia de las organizaciones, el Cuadro de Mando Integral realiza una serie de aportaciones a tener en cuenta y por la que se ha consolidado como el referente mundial que utilizan más del 60% de las organizaciones a la hora de afrontar el establecimiento y puesta en marcha de la estrategia.
De este modo, cualquier persona experta en el ámbito de la estrategia seguro que expone y recomienda la adopción del Cuadro de Mando Integral argumentando su discurso en función de una o más de las siguientes aportaciones clave, que no son, nada más y nada menos, que los fundamentos y características que se aglutinan en esta herramienta.
1. Trabajar la estrategia de forma muy visual.
En un simple vistazo, las personas que se encargan de la gestión de la estrategia tienen ante sus ojos la situación en la que se encuentra su organización. Esto no significa que se dejen de lado los elaborados planes estratégicos en los que el texto supera a la imagen en 1 a 20.
Simplemente, el CMI trata de resumir y trasladar toda esa información a una serie de elementos que se puedan gestionar de forma más sencilla. Así, se llega a un conjunto interrelacionado de unidades que realmente suponen una ayuda para llegar a dónde se quiere llegar, y que transforman la declaración de intenciones del plan estratégico en acciones y resultados medibles y contrastados.
2. Operativizar la estrategia y permitir equilibrar la aportación de cada área en la consecución de los objetivos globales.
La configuración del CMI en objetivos, indicadores, metas e iniciativas específicas ayuda a trasladar las palabras del plan estratégico en términos específicos de acción y resultados. De este modo, es una herramienta concentrada en la puesta en marcha de la estrategia y en que la consecución de la visión de la organización se apoye en los pequeños pasos y avances que la sustentan.
Esto no es solo aplicable a los elementos que componen el CMI de la organización. El Cuadro de Mando Integral puede aplicarse o desgranarse para cada una de las áreas o departamentos de la organización, concretando los objetivos y acciones que específicamente se atribuyen a cada una y que actúan de palanca impulsora de elementos más globales.
3. Relacionar el pasado con el presente y el futuro.
La gran ventaja de la confección de un Cuadro de Mando Integral es la de aunar en una sola herramienta indicadores tradicionales que muestran el pasado, con indicadores que influirán o condicionarán el valor de los primeros en el presente y, sobre todo, en el futuro.
Lo que hagamos hoy sobre los elementos que determinan el valor de estos indicadores, condicionará que nuestros objetivos se consigan en el futuro. Por este motivo, en el CMI se trabaja en el presente con vistas a lograr una situación futura deseada.
4. Ayudar a liderar, a gestionar el cambio y a motivar a los implicados.
Un Cuadro de Mando Integral no es solo una herramienta para los gestores de la estrategia de una organización. Aunque estos sean los principales destinatarios de la información contenida en la misma, una característica diferenciadora del CMI es actuar como herramienta de comunicación y difusión de la estrategia y de sus prioridades en todos los ámbitos que componen una organización.
La comprensión de hacia dónde quiere llegar la organización se hace desde las personas. Solo si estas conocen, entienden y asumen los objetivos organizacionales como propios, la estrategia funcionará en el sentido adecuado y con menor riesgo de fracaso o de verse como algo impuesto desde la Alta Dirección.
Por ello, el grado de simplificación y la interrelación clara entre objetivos ayuda a transmitir de forma directa a todos los implicados cómo la contribución que se hace desde su área de actuación repercute en que la organización progrese hacia la situación deseada en un futuro. El CMI es, por lo tanto, un elemento motivacional, que evita la alienación del personal respecto a sus funciones y responsabilidades en la estrategia y que apoya la comprensión de las expectativas puestas en la organización y en sus integrantes en el medio y largo plazo.
5. Incluir información del entorno.
En la definición de la estrategia de la organización, normalmente se tienen en cuenta elementos externos a la misma que influyen y determinan que se logren los objetivos esperados. Pero ese estudio concienzudo del mercado, la competencia o factores macroeconómicos, etc. a veces no traspasa los primeros capítulos del plan estratégico.
En el caso del Cuadro de Mando Integral, por la forma en la que está pensado y configurado, estas circunstancias ajenas a la organización quedan incluidas y reflejadas en las diferentes perspectivas, objetivos o indicadores y son elementos fundamentales a considerar en la puesta en marcha de acciones específicas en los proyectos estratégicos.
GRCTools, software BSC
La herramienta tecnológica GRCTools gestiona en una sola plataforma todos los elementos del Cuadro de Mando Integral o BSC de una organización. Ayuda a la adecuación del mismo a las características específicas de la entidad considerada y facilita el despliegue en unidades o diferentes niveles de la estrategia.
Integrado en un entorno cloud, la comunicación y la consulta de la situación de la organización se hace de forma simple, con la posibilidad de automatizar muchas de las funciones que son indispensables para el control de la estrategia.
Simple e intuitiva, deja más tiempo para focalizar los esfuerzos en la consecución de los objetivos y prioridades de la organización y facilita contar con la información de forma instantánea para la toma de decisiones de forma oportuna.
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