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En artículos anteriores se ha mencionado Balanced Scorecard y tratábamos como es necesario tratar las tres fases de la planeación si queremos poder llevarla a cabo con éxito y seguir un camino recto hacia la consecución de objetivos.
Vimos como en la primera fase de planificación estratégica debíamos determinar los grandes objetivos corporativos para los próximos 3-5 años, como marcamos el camino mediante la planificación táctica, que debería servirnos de guía de actuación para el medio plazo (1 año) e identificamos que es en la fase de planificación operativa es donde la gran mayoría de las organizaciones fracasan, justo en el momento de “aterrizar” la estrategia en el día a día.
Metodologías de planificación estratégica y táctica
Hemos hablado mucho en este blog acerca de las metodologías de planificación estratégica y táctica más famosas. entre ellas, las que más nos gustan son:
Balanced Scorecard
Sin duda nuestra favorita. Una vez comprendida hace muy sencillo el proceso de definición de los grandes objetivos de la organización y cómo estos se van a conseguir desde las cuatro perspectivas: financiera, de clientes (propuesta de valor), procesos internos y aprendizaje.
Permite bajar la estrategia hasta el nivel de procesos internos o iniciativas, donde podríamos englobar proyectos y acciones de menor calado que aporten a la consecución de los objetivos a través de las propuestas de valor definidas.
En su representación gráfica la veremos como un gran mapa, lleno de cuadrículas de distintos colores que indican el grado de cumplimiento de los indicadores definidos para cada ítem.
Hoshin Kanri
La metodología japonesa ha tenido un gran éxito en el entorno industrial, donde la necesidad de detalle en la planificación es mucho mayor.
En esta metodología el grado de definición llega a ser mayor que en Balanced Scorecard, o al menos su representación gráfica, que también será más compleja. En su matriz con forma de X, de un simple vistazo, entenderemos la relación entre objetivos a largo plazo, objetivos anuales, prioridades y actividades e indicadores clave de rendimiento asignados incluso a áreas de trabajo o personas.
Como todo, tienen sus desventajas. La complejidad y el perder de vista al cliente en su representación gráfica la hace no apta para todo tipo de organizaciones y sectores.
Las dos nos aportan una visión a largo plazo y nos ayudan a identificar el camino por el que queremos llegar hasta ese punto lejano que hemos establecido, hacia nuestra North Star, sin embargo, para andar el camino, pudieran resultar inoperativas.
Metodologías de planificación operativa
Una vez tenemos claro el objetivo final y cuál es el camino para llegar a él, toca ejecutar todo aquello que hemos planificado.
Lo que obtenemos de esta planificación estratégica pueden ser grandes iniciativas o proyectos que implicarán distintas personas, áreas de actividad de la organización, gestión con proveedores, administraciones y una larga lista de posibles casuísticas que podemos encontrar, con lo que una visión general no tendrá sentido.
Con estas grandes iniciativas o proyectos tendremos que seguir una pauta similar para planificar para qué, cómo, cuándo y quién abordará cada paso necesario para dar cumplimiento con lo planificado, ya se trate de una iniciativa, proceso, proyecto, mejora de capacidades y recursos de BSC o una prioridad / actividad de Hoshin Kanri.
Para ello existen otras muchas metodologías de aplicación en función del área, objetivo o actividades que impliquen. Podemos encontrar Scrum, PRINCE, PERT, Extreme Programing, Kanban… la lista podría ser muy extensa. Todas ellas son de aplicación, con especial idoneidad para determinados tipos de proyectos. La más flexible y aplicable a mayor número de áreas, posiblemente sea OKR.
OKR, Objetives and Key Results
Los OKR son ideales para prácticamente cualquier equipo de trabajo, independientemente del área, si bien se suele utilizar en equipos de ventas, marketing, consultoría y soporte.
OKR viene siendo utilizada en grandes compañías del tamaño de Google, LinkedIn o Spotify, entre otras, y es responsable del éxito de un sin fin de empresas. Esto no significa que no utilicen otras metodologías, simplemente que OKR ha ayudado a implementar sus estrategias en el corto plazo de forma unificada para distintos con diversas funciones.
¿Balanced Scorecard u OKR?
Esto no les gustará a los fanáticos del Balanced Scorecard, pero ninguna es mejor que otra, simplemente sirven para cosas distintas.
Ventajas de BSC y Hoshin Kanri
Balanced Scorecard hace muy bien su cometido en cuanto a definir los resultados deseados a medio y largo plazo y determinar las líneas de acción que llevarán a la organización al éxito. Su representación gráfica es clara y presenta una hoja de ruta a través del que cualquier persona será capaz de identificar lo que se quiere y cómo conseguirlo.
Desventajas de BSC y Hoshin Kanri
Sin embargo, es rígida, y la forma de definir estos objetivos es desde arriba hacia abajo, es decir, apenas se cuenta con los niveles inferiores de la organización, que tienen un nivel de conocimiento, cuanto menos, mucho más real que el de la alta dirección en muchos aspectos.
Ventajas de OKR
Su ciclo es mucho más corto. Se centra en el corto y medio plazo para ayudar a las organizaciones a ejecutar, a andar el camino. Por ello, se establecen estos pasos a dar de una forma colaborativa que cuente con el conocimiento de todos los integrantes de la organización.
Su revisión también es más corta, por lo que el grado de desviación que se puede producir también se reduce.
Desventajas de OKR
Esto tampoco les gustará a los fanáticos de OKR. OKR hace muy bien el planteamiento a medio plazo. Sin embargo, puede perder la visión en el largo plazo y, si no se plantean correctamente, pueden ser percibidos como una “lista de tareas”. Incluso, al establecer indicadores, estos pueden ser confundidos fácilmente con objetivos cuando únicamente son metas, hitos flotantes en el camino al éxito.
Si nos fijamos, ambas metodologías tienen ventajas, donde la otra tiene deficiencias. Por tanto, hay que cuestionarse, ¿por qué no utilizarlas en conjunto para ayudarnos a pensar en la estrategia y andar el camino hacia su implementación?
El software GRCTools para agilizar la gestión de la estrategia
GRCTools es la herramienta tecnológica modular y con un alto nivel de parametrización que se adapta a las necesidades de la organización. GRCTools es una solución en la nube que favorece la centralización de la información y facilita su consulta. Esto hace mucho más eficaz la toma de decisiones.
GRCTools cuenta con una serie de aplicaciones enfocadas a mejorar el trabajo diario de todos los aspectos que intervienen en la gestión estratégica, colocando a la compañía en una posición ventajosa respecto a los competidores.
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