Actitudes y condiciones inseguras: fundamentales en riesgos laborales

Actitudes y condiciones inseguras

Desde hace muchísimos años el trabajo ha sido una parte inseparable para la vida humana, tal y como la conocemos hoy en día. Una buena gestión de los riesgos laborales, debe incluir la intervención de los aspectos materiales y ambientales, una intervención sobre el sistema social de la organización. Las actitudes y condiciones inseguras, son dos conceptos que conviene aclarar de cara a esta gestión tan importante para las organizaciones. 

En cuanto a los actos y condiciones inseguras en el puesto de trabajo, se deberán establecer ciertos procedimientos preventivos que se cumplan correctamente por los trabajadores. Es necesario conseguir que los actos de los trabajadores se adecuen a los requisitos que establecen los procedimientos.

Actitudes y condiciones inseguras en el ámbito laboral

Las actitudes pueden considerarse como una especie de esquemas o patrones mentales desde los que el individuo percibe e interpreta el mundo. Estos patrones se configuran con elementos cognitivos y efectivos que el individuo incorpora mediante la experiencia adquirida a lo largo de su vida. Por esto, aunque sea relativamente estables, varían con el tiempo.

Si se presenta la tesitura de que se intervenga una empresa, se debe tener en cuenta que las personas no cambian de forma voluntaria de actitud, ya que uno no puede decir sí, para cambiar una cosa de la que no es consciente. Por definición, difícilmente alguien puede pensar que sus propias actitudes son equivocadas. Tiene que ser un observador quien juzgue tal cosa. Hablar de cambio de actitudes supone que exista una persona con las actitudes necesarias, y que existan otras personas que juzguen a aquellos que actúan de forma incorrecta o inadecuada en relación con el criterio considerado como válido.

En lo que queremos tratar, las actitudes erróneas serán las que favorecen a una predisposición a arriesgarse, mientras que las actitudes correctas serán las que se presentan favorables a la seguridad, es decir, a no correr riesgos. Se presupone que las actitudes favorables a la seguridad serán aquellas que predisponen a comprender la existencia de unos riesgos, así como de comportarse de forma adecuada a los procedimientos preventivos con los que se cuenta en la organización para evitarlos.

Los procedimientos se habrán establecido después de haber identificado, estimado y evaluado unos riesgos mediante unos criterios científicos-técnicos. Hay que tener en cuenta que muchas veces estos criterios científico-técnicos no coincidirán con los criterios de sentido común que hacen servir al trabajador para interpretar la realidad.

El riesgo, una consecuencia de actitudes y condiciones inseguras

El riesgo es un concepto formado por diferentes dimensiones, a las que cada individuo ofrece mayor o menor importancia, en función de sus esquemas mentales y el contexto laboral concreto.

Los análisis técnicos de riesgos se suelen centrar en una sola dimensión: el daño físico-biológico. En ocasiones, algunos de los análisis que incluyen también una segunda dimensión son las pérdidas económicas. Sin embargo, existen diferentes dimensiones del riesgo que habitualmente no son contempladas, pero tienen una gran importancia de cara a la configuración de los comportamientos de los trabajadores. En otras dimensiones son difíciles de enumerar, ya que dependen de cada caso concreto, pero de forma general se pueden citar:

• Pérdidas psicológicas: cómo pueden ser temores, miedos, percepción subjetiva de las consecuencias, disminución de capacidades, etc.
• Pérdidas sociales: cómo la percepción social de desigualdades o injusticias, voluntariedad o no de la exposición, etc.
• Significados culturales del riesgo.

El riesgo no es una magnitud solamente, sino que cada una de las dimensiones de las que se compone supone unas consecuencias diferentes, difícilmente conmensurables y agregarles entre sí. En el ámbito laboral la importancia de cada una de estas dimensiones se encuentra determinada fundamentalmente por las actitudes de los trabajadores y por el clima organizacional.

Los comportamientos que tendrán lugar en el puesto de trabajo serán el resultado de la ecuación formada por diferentes factores. Por definición, el ser humano elude el daño. Que los trabajadores lleven a cabo comportamientos contrarios a la seguridad es motivo suficiente para sospechar que existe una mala correlación, entre sus actitudes y los presupuestos del análisis de riesgos que ha proporcionado los procedimientos de seguridad, o bien entre sus actitudes y las de otros agentes sociales de la organización. También se puede dar el caso de que sean ambas cosas a la vez.

El estudio del proceso y las causas de la aparición de actitudes y de comportamientos contrarios a la seguridad, son una actividad puramente analítica. Para su realización conviene disponer de un método o de un procedimiento establecido que defina, o al menos oriente, cuáles son las tareas que se deben realizar y en qué orden.

Software GRCTools para la gestión y la prevención de actitudes

La plataforma tecnológica GRCTools podrá a su disposición aplicaciones destinadas a gestión de incidentes y riesgos, asegurándose una buena gestión del gobierno, riesgo y cumplimiento. Por su parte, la plataforma le permitirá analizar los mismos de una manera sencilla, práctica y visual, gracias a las posibilidades de parametrización y visualización que incorpora.