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Estrategias corporativas para el cambio: el CMI

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Cuadro de Mando Integral

EL Cuadro de Mando Integral o CMI es un modelo muy utilizado en grandes y pequeñas compañías, para planificar, organizar y poner en marcha la estrategia empresarial a desarrollar. Esta herramienta, a diferencia de otras, ofrece un refuerzo visual que facilita la lectura y comprensión de la estrategia y permite observar las relaciones que se establecen entre los diversos elementos que interactúan.

Algunas compañías, pese a tener estrategias innovadoras y de largo alcance, no logran traducir lo que se halla plasmado en el papel en acciones concretas. Sus planes quedan reducidos a un conjunto de buenas intenciones.

Esto, más allá de un tema de gestión interna, obedece a que sus directivos olvidan que el valor de las organizaciones no sólo radica en los indicadores financieros. También es necesario fijar la vista en elementos intangibles como las relaciones con los clientes, los procesos de calidad, la tecnología, la formación del personal, entre otros.

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Kaplan y Norton, dos reconocidos teóricos del marketing, introdujeron en 1992 la que años más tarde se convertiría en una de las herramientas de medición de resultados más empleada en la actualidad.

Bautizado como Cuadro de Mando Integral, aunque conocido internacionalmente por su nombre en inglés: Balanced Scorecard, se trata de un instrumento que, además de plasmar los resultados finales de los procesos, añade otros de carácter parcial sin perder de vista la estrategia corporativa.

Su función principal es describir y comunicar la estrategia de cada empresa a todos los niveles de la misma. Es decir, reconocerla, reforzarla y hacerla visible. A partir de ahí, el CMI ofrece algunos beneficios como los que mencionamos a continuación:

  • La estrategia se incorpora a la cultura corporativa. El éxito de una estrategia organizacional reside en su articulación. No se trata de algo exclusivo de altos cargos o áreas especializadas. Importa el todo, no las partes. A su vez, las responsabilidades son compartidas y se fortalece el nivel de implicación.
  • Facilita la transmisión de mensajes entre directivos y empleados. Es decir, abre canales para que el lenguaje directivo sea comprensible por los empleados, y el de éstos por sus responsables. Fluidez y eficacia son los dos objetivos.
  • Mejora la toma de decisiones. El control sistemático y progresivo de los procesos facilita la relación causa-efecto de las actividades. Y al hacerlo, permite visualizar con mayor claridad los cambios y las decisiones necesarias.
  • Implementa una visión a largo plazo. De hecho, va mucho más allá: impulsa los procesos que son viables y sostenibles en el tiempo. Los procesos que tengan escasas posibilidades de proyección no pueden ser considerados estrategias.

Pasos para implementar el CMI en una empresa

Al ser el Cuadro de Mando Integral una herramienta transversal, es decir, que recorre las organizaciones en todos sus niveles, es necesario que se tengan en cuenta cuatro perspectivas básicas a la hora de su implementación. Veamos en qué consiste cada una:

a) Financiera:

Habla de los recursos económicos que se necesitan para poner en marcha la estrategia corporativa. O dicho de otro modo, el capital invertido. Estos recursos pueden ser de varios tipos: financiación externa, accionistas, créditos, entre otros. En este caso sí se trata de valores tangibles que remiten exclusivamente a lo monetario.

b) Clientes:

Un lugar predominante en el CMI lo ocupan los clientes, a quienes se les define según sus principales características y, posteriormente, se les relaciona con la organización. Este apartado también incluye otros elementos que las empresas deben mirar de cerca, como por ejemplo los nuevos segmentos de mercado.

c) Capacidades estratégicas:

El CMI también relaciona la estructura de las compañías con los recursos disponibles para la ejecución de las estrategias. Es decir, la manera en que están organizadas y el tipo de objetivos propuestos, dos elementos que deben ser compatibles. Además, aquí se añaden las habilidades y la formación de los equipos de trabajo y el nivel de acceso a la información relativa a los procesos.

d) Procesos internos:

Tiene que ver con la gestión de la calidad y la productividad. El CMI también define las prácticas que deben llevarse a cabo para la ejecución de las estrategias. Los ejemplos más comunes son la flexibilización de procesos, la reducción de los tiempos y los gastos generales y, por supuesto, la eficiencia en las labores de comercialización.

Balanced Scorecard e ISOTools

El diseño, planificación y puesta en marcha de este mapa estratégico es más sencillo si cuentas con las herramientas adecuadas.

ISOTools es un software totalmente compatible con este modelo, es más, su uso facilita la puesta en marcha de las estrategias empresariales.

La aplicación integra una funcionalidad que facilita la creación de mapas interactivos donde detallar los objetivos o las vinculaciones existentes, entre otras.

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